Una sal de leyenda y tradición

header-separ-02La sal de Salies-de-Béarn. El jamón de Bayona. Una unión histórica.
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www.jambon-de-bayonne.com

Una sal de leyenda y tradición

Hace tres mil años… mucho antes que el jabalí

Según una leyenda de los siglos XVII y XVIII, la ciudad se construyó alrededor de un manantial salado descubierto durante la caza de un jabalí.

El jabalí perseguido se refugió en un pantano cenagoso, donde fue herido por los cazadores. Entonces, echó a huir y fue a morir a un lugar retirado. Los cazadores siguieron su rastro y encontraron su cuerpo cubierto de cristales de sal, producidos por la evaporación del agua del cenagal. Este descubrimiento dio origen a la ciudad de Salies“.

Los orígenes de la ciudad se remontan, en realidad, a la Edad de Bronce (cinco siglos aC). En esa época la sal de Salies-de-Béarn ya se extraía por evaporación, como atestiguan las vasijas de cerámica descubiertas en excavaciones arqueológicas.

Musée du sel de Salies-de-Béarn

Edad de Bronce

A principios de la Edad Antigua apareció un recipiente con una forma nueva.

La técnica de evaporación evolucionó con este nuevo utensilio.

Reconstitution du fourneau à sel de Mosqueros
Reconstrucción de un horno de sal en Mosqueros

Durante la Edad Antigua

Poco a poco, la población se fue agrupando alrededor de la Houn Salade, la Fuente Salada de donde surgía la preciada agua salada que emergía de manera natural de las profundidades de la Tierra.

La sal, que se cambiaba por otras mercancías, se transportaba a lo largo y ancho de las estribaciones de los Pirineos a través del camino de la sal, que partía de Salies-de-Béarn en dirección a Toulouse.

Según los historiadores, a principios de la Alta Edad Media apareció una nueva técnica de producción de sal que implicaba el uso de sartenes de evaporación metálicas. Este utensilio resultaba mucho más productivo que las frágiles vasijas de arcilla utilizadas hasta entonces y permitía obtener más cantidad de sal.

Diffusion du sel de Salies-de-Béarn
Difusión de la sal de Salies-de-Béarn

Edad Media

La sal, además de ser moneda de cambio, era un verdadero tesoro y despertó la codicia de “extranjeros” y soberanos.

Durante mucho tiempo, la sal fue un verdadero producto de supervivencia, ya que permitía conservar los productos cárnicos y lácticos y, de este modo, garantizaba una alimentación abundante durante los periodos difíciles. En el suroeste francés apareció también el jamón de Bayona, las conservas de cerdo y otros productos de la zona: embutidos secos, pechuga curada, confit de pato e incluso el queso de los Pirineos.

Para proteger su valioso manantial, en 1587 los habitantes de Salies-de-Béarn redactaron el Reglamento de la Fuente Salada, registrado en el Libro Negro. Este reglamento, formado por 9 artículos, organiza la distribución del agua salada entre los “vecinos”: ius soli y ius sanguinis; solo las familias de Salies-de-Béarn tenían derecho a extraer agua y este derecho solo se podía transmitir de generación en generación bajo ciertas condiciones.

Descargar la versión íntegra del Reglamento de la Fuente Salada de 1587 (PDF)

Después de más de cuatro siglos, este reglamento sigue regulando la distribución de los ingresos procedentes del agua salada y la transmisión de la herencia de esta propiedad colectiva, de la cual se benefician los descendientes de los habitantes de Salies-de-Béarn del siglo XVI: los llamados parts prenants, titulares de la explotación de la sal.

Hasta el siglo XIX, la explotación del agua de la Fuente Salada estuvo en manos de pequeños fabricantes de sal. La Ley de la sal del 1 de junio de 1840 acotó la fabricación de sal a los productores que extrajeran un mínimo de 500 toneladas de sal al año. Por este motivo, en 1842 se construyó la salina de Salies-de-Béarn, emplazada donde hoy se encuentra el Pavellón Saleys. La planta utilizó a gran escala los métodos de producción artesanales aplicados hasta entonces.

Reconstitution d’un atelier de "façonneur de sel" d’après les textes du XVIIIème siècle
Taller de extracción de sal
Règlement de la Fontaine Salée
El reglamento de la Fuente Salada: el Libro Negro

Siglo XIX

En 1888, la salina original quedó devastada por un incendio y fue sustituida por una segunda salina, construida en el barrio de Herre, que sigue funcionando en la actualidad.

Las instalaciones fueron renovadas varias veces y hoy en día disponen de las tecnologías más avanzadas: sistemas de calentamiento con madera de los bosques circundantes, vapor y electricidad como combustibles.

Atelier Salines de Salies-de-Béarn
Taller de las Salinas de Salies-de-Béarn

Salies-de-Béarn, ciudad termal

En el siglo XIX, la sal de Salies-de-Béarn tuvo que competir con la sal marina, que resultaba más económica. Los efectos curativos demostrados de las aguas de Salies-de-Béarn animaron a los titulares de la explotación a explorar la vía de los tratamientos termales para aprovechar su valiosa agua. En 1857, la Academia de Medicina Francesa autorizó el uso del agua de la Fuente Salada del manantial de Bayaà para fines terapéuticos. En 1891, esta autorización se extendió al agua del manantial salado Reine Jeanne d’Oraàs.

El primer establecimiento termal de la salina se diseñó en 1853, pero no fue construido hasta 1857. El establecimiento fue proyectado para permitir la producción conjunta de sal alimentaria, sales termales y licores madre (concentrado de agua termal), que se utilizaban en el balneario. Las aguas termales de Salies-de-Béarn ofrecen múltiples beneficios terapéuticos. El doctor Jean-Brice Coustalé de Larroque, médico del emperador Napoléon III, atrajo una acomodada clientela parisina y contribuyó a mejorar la reputación de la estación termal.

En el siglo XIX, Salies-de-Béarn se benefició además de la llegada de una nueva forma de medicina: los tratamientos termales. “Salies-de-Béarn, la salud a través de la sal” fue el eslogan que aparecía en los anuncios del metro de París a principios del siglo XX.

Affiche de Salies-de-Béarn

Libertad, igualdad y fraternidad

La bandera de La la Comunidad de la Sal, un símbolo que todavía lucen los parts prenants (titulares de explotación) de la Fuente Salada, fue un regalo de Madame Combes-Saint-Macary en 1900. Esta dama, propietaria del castillo de Bijou de Labastide-Villefranche, hizo tejer y bordar la bandera con hilo de oro para sustituir la bandera anterior.

Significado de los símbolos

  • La barra simboliza la autoridad y el reparto.
  • El cubo de madera con agua salada muestra la riqueza local y simboliza la distribución equitativa.
  • El jabalí, representado en vida, simboliza la independencia necesaria para sobrevivir.
  • La cruz de Malta muestra el origen filial de la organización.
  • Las cuatro cruces vascas de las cuatro esquinas de la bandera significan el paso de las cuatro estaciones y son el símbolo universal de la vida y la tolerancia.
La Bannière de la Communauté du Sel
La bandera de La la Comunidad de la Sal