Una sal de leyenda y tradición

header-separ-02La sal de Salies-de-Béarn. El jamón de Bayona. Una unión histórica.
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Un tesoro geológico

Distribution schématique des faciès évaporites dans le bassin aquitain pendant le Trias (d’après Curnelle, 1983 ; Source : Le Sel de Salies-de-Béarn de Dominique Geisler-Cussey et Marcel Saule)

Esquema de la distribución de las facies evaporíticas en la cuenca de Aquitania durante el Triásico (según Curnelle, 1983)

Durante su formación, el suelo de la cuenca de Salies-de-Béarn experimentó una serie de fenómenos geológicos que explican su singularidad actual. A finales del periodo Triásico (-200 millones de años), el supercontinente Pangea, que agrupaba todas las tierras emergidas, empezó a fragmentarse. La aparición de un golfo marino, situado entre la placa ibérica y la placa europea, permitió que entraran las aguas del Mar Boreal, que inundaron la actual cuenca de Aquitania.

La aridez del clima hizo que el Mar Boreal se evaporara lentamente y dejara detrás de sí cantidades considerables de la sal que contenía.

Durante los periodos siguientes, el Jurásico (-200 a -145 millones de años) y el Cretáceo (-145 a -66 millones de años), la evaporación fue menos intensa; aparecieron margas verdes, rojas o de color vino, y restos de animales marinos, sepias y corales que se depositaron encima de la sal formando una capa arcillosa protectora que la conservó y la protegió de la contaminación.

Genèse d’un diapir salifère

Génesis de un diapiro salino

A finales del periodo Cretáceo, durante la formación de las montañas de los Pirineos, se produjeron inmensas fallas en el suelo bearnés. La sal, más flexible que la piedra, se desplazó a través de estas fallas y salió a la superficie formando domos salinos, llamados diapiros.

Con el paso del tiempo, el agua de la lluvia se fue filtrando poco a poco en el suelo y disolvió la preciosa roca salina atravesando por distintos puntos las capas superiores de arcilla y absorbiendo oligoelementos.

De esta unión de agua de lluvia, rocas salinas y estrato arcilloso cargado de oligoelementos nacieron los manantiales de Salies-de-Béarn, dotados de una riqueza mineral única.

De hecho, el agua de los manantiales salados de Salies-de-Béarn es más rica en sal que el agua del Mar Muerto y diez veces más salada que el agua del mar.

Su composición, rica en minerales y oligoelementos, confiere a las aguas saladas de Salies-de-Béarn verdaderas virtudes terapéuticas, que se utilizan para tratar una gran variedad de afecciones. En Salies-de-Béarn, estas aguas se emplean desde que se construyó el primer establecimiento termal, en el siglo XIX, en tres disciplinas principales: la pediatría, la ginecología y la reumatología.